sábado, 30 de mayo de 2009

Juan 13

Hoy recordamos una de las enseñanzas que nos parecen más claves dentro del ministerio de nuestro Señor Jesucristo. En Juan 13:31-35, nuestro Maestro nos insta a amarnos unos a otros, para que así conozcan que en verdad somos discípulos de Él.

Nuestro propósito es entonces demostrar un mayor amor a nuestros hermanos. Un sencillo acto de servicio, un saludo bondadoso, cuidar con mayor dedicación el uno del otro, como esposos. Sentimos que el Espíritu testificó a nuestra mente y corazones que en verdad el amor de nuestro Redentor fluye a través de desinteresados actos de servicio por aquellos que nos rodean. En verdad podemos afirmar que somos más felices y más satisfechos en el acto de dar amor, el amor de Cristo a nuestros semejantes.

Omar y Carolina.

martes, 26 de mayo de 2009

Estudio del Nuevo testamento

Esta noche, hemos tomado la decisión de consignar a través de este blog, nuestras experiencias de aprendizaje en el estudio que estamos haciendo este año del Nuevo Testamento por nuestras clases del Instituto. Consignaremos cada impresión que del Espíritu venga y quedará a disposición de aquellos que deseen leerlo.

Carolina y yo, Omar; manifestamos nuestro amor hacia nuestro Salvador Jesucristo, el cual va más allá de la comprensión humana, ese mismo amor acrecienta el que tenemos hacia nuestros tesoros más preciados, nuestras hijas, Alma Sofía y Ana Rebeca. Compartimos nuestro humilde pero a la vez muy firme testimonio de que sabemos de la realidad de un Dios amoroso que cuida de nosotros y que está al tanto de todas nuestras necesidades, testificamos que su Hijo es la dádiva suprema, nuestro Salvador y Redentor, que a través de él podremos llegar a las mansiones eternas. Sabemos que el evangelio de Jesucristo ha sido restaurado en su plenitud, con todas sus llaves y bendiciones, y que así como se le mostró a Pedro, en Hechos 10, una nueva revelación; en nuestros días, tenemos un profeta que recibe revelaciones para la Iglesia del Cordero y su pueblo, los Santos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que afirmamos, es el Reino de Dios sobre la tierra, en preparación para la segunda venida, en gloria, del Rey de Reyes y Señor de Señores, nuestro Señor Jesucristo.